En el camino de la Fidelización, en cualquier acción de incentivo o motivación, debemos tener bien definido a quién vamos a dirigir nuestras acciones. O mejor dicho, a quién queremos incentivar y a quién queremos hacer partícipes de esta Incentivación.
Debemos también tener estudiado el incentivo o las diversas opciones que nos interesen plantear: Regalos, descuentos, vales coleccionables, productos propios...
Tampoco podemos descuidar el/los objetivo/s que deberemos exigir para que el cliente alcance las metas propuestas. Si no conseguimos el equilibrio adecuado, tanto podemos caer en una exigencia demasiado elevada, perdiendo el incentivo toda la atracción; como todo lo contrario. Un objetivo demasiado "fácil" repercutirá de forma negativa en nuestra cuénta de resultados.
Por último y lo más importante, aprovechar para conocer y comunicar mejor con nuestro cliente para conseguir incrementar nuestra relación con él.